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2018 | Parque das ruinas – O Mar

EXPOS / PARQUE DAS RUINAS

convite

El modernismo líquido de “O mar”

 

Los backlights de Horacio Inchausti incluídos en ‘O Mar’ son el producto de experimentos ópticos que redundan en abstraer al punto de pictorializar una imágen dividida en los tres tercios de arena, mar y cielo. Por más que el espectador intente concebir al objeto como una ventana hacia un tipo de paisaje marino que, por lo pronto, no necesitaría ser reproducido para ser visto ya que la playa donde esas fotos fueron sacadas se encuentra a pocos kilómetros de este lugar de exhibición, su realidad en tanto voluminoso artefacto eléctrico se impone como posible alusión a la escultura minimalista cuya presencia en el espacio exige del espectador un reconocimiento de su presencia material. Asimismo, al ser, las fotografías, iluminadas por detrás crean un efecto granulado reminiscente tanto de la arena retratada como del Expresionismo Abstracto como movimiento pictórico. Este podría ser un primer nivel de lectura modernista. Sin embargo, en el contexto del Parque das Ruinas, estas fotografías que posan y se cuelgan como pinturas y como esculturas minimalistas son transformadas en una instalación que junto a la pantalla de video es organizada simétricamente en forma de ápside de iglesia que funciona como un altar (tríptico) frente al que el espectador inevitablemente se persigna como un peregrino.

Su innegable presencia física no logra, sin embargo, desviar totalmente nuestra atención de la luz y lo líquido. Al retratar el agua del mar, Inchausti tematiza la inherente materialidad líquida de la fotografía como medio y es, desde este punto de vista, que el espectador puede volver sobre sus pasos para revisar el modo en el que estas fotografías son técnicamente logradas mediante una incisión realizada por el artista en una superficie tapando el frente del lente de la cámara. Si el agua del mar alegoriza a la fotografía como el medio artístico que desde sus orígenes ha sido materialmente líquido por estar compuesto de luz estabilizada sobre una superficie químicamente sensible, las incisiones sobre la tapa colocada frente al lente remiten al período de la historia de la fotografía previa a esa estabilización química. Lo que a primera vista parece una mera representación pictorialista del mar, en un segundo nivel, resulta una reflexión sobre la fotografía no sólo desde el punto de vista de sus materiales sino también desde su historia lo que coloca al trabajo de Inchausti en el plano ya no del objeto modernista sino de la reflexión sobre el sentido de la fotografía como medio modernista.

Pero hay algo en esta muestra que aporta un tercer nivel de lectura ya que la instalación tiene lugar en un espacio que si bien se presenta como exhibitivo, en realidad no lo es. Resulta evidente que Inchausti tuvo que sortear varios obstáculos de montaje para evitar que los elementos reclamen estos objetos modernistas más adecuados para una pristina sala cerrada de paredes blancas. En la decision de Inchausti de exponer estos objetos en estas condiciones hay un desafío al precepto modernista de que ese tipo de arte sólo puede ser expuesto en lo que el padre del ‘Land Art’, Robert Smithson, llamó ‘no sitios’ es decir, las galerías de arte. Al traer su ‘O Mar’ a la ‘ruina’ en la que un diseño humano es reclamado por la naturaleza, Inchausti invierte la lógica de neutralización de la galería para hacer algo, que me atrevo a decir, es profundamente brasileño que es acercar, tanto como se pueda, la naturaleza al modernismo.

Rodrigo Cañete
anthropofagico.com

Una mirada a “O MAR” de mi amiga A.C.

 

En primer término, diría que respecto a la entrega anterior _ las fotografías que conforman el libro  “RIO”_ éstas ahora se desprenden del soporte papel dejando de ser impresos fotográficos para transformarse en objetos  corpóreos, materiales, que ocupan tridimensionalmente el espacio.  Los backlights son verdaderas pantallas/cajas volumétricas, que además han incorporado la luz.

Este cambio, de alguna manera culmina una trayectoria creativa que va desde un concepto tradicional de la fotografía a una concepción diferente e innovadora, donde ésta se reinventa a sí misma, diría que en la muestra de “O MAR” se logra plasmar en el soporte, la evolución que ya se había dado con la imagen, cerrando un ciclo evolutivo.

Del punto de vista de la temática, verificamos la desaparición total de las referencias a lo humano, la presencia solitaria y ocasional en el fotolibro RIO ahora es ausencia… y así como en aquellas  persistían aún alusiones al entorno, a la ciudad, al paisaje, si bien mitigadas, deformadas, ahora  en los backlights se han diluido completamente, ya no hay casi referentes del mundo real, efectivamente, se han vuelto “líquidos”, como se advierte en el texto que prologa la muestra.


La metáfora de la liquidez —en el sentido que  Zygmunt  Bauman da a este concepto— está plasmada en su grado máximo 
en los videos, ya que éstos dan cuenta del cambio permanente, de  la transitoriedad, de la inconsistencia de las estructuras, de la ausencia de estabilidad y de lo estático.

Por último, una referencia al entorno elegido para la muestra. Se me ocurre que no es casual que estos backlights sean mostrados al público por primera vez en el  entorno histórico del “Parque das Ruinas” ya que ese lugar tiene una impronta simbólica muy fuerte vinculada al Modernismo y a las tertulias de vanguardia de principios del siglo XX.

Este espacio, resignificado por la intervención arquitectónica de que fue objeto a comienzos de la década del 90, desprendiéndolo de los patrones originales, revive con esta  verdadera instalación,  el concepto de espacio fluido.

Sin lugar a dudas, los backlights son creaciones que pertenecen a la inauguración de una época, la de la cuarta revolución tecnológica y la de la sociedad líquida y como tal, citando a André Malraux, propician una nueva versión del pasado, de la historia de la fotografía y de la historia de la Modernidad,  presente en ese entorno.  

                                      

A.C.