Futuros posibles
Los backlightsde Horacio Inchausti desafían los límites de un medio concebido tradicionalmente como el registro melancólico de lo que ya ocurrió. Esto no implica que este artista renuncie al pasado sino que vuelve a él para explorar los orígenes líquidos de la fotografía cuando era necesario algo más que un click. Pero sus fotos, además de imágenes, son objetos cuya evidente materialidad remite al tipo de investigación que, durante las últimas tres décadas, fotógrafos modernistas como Jeff Wall, Andrea Gursky o Thomas Demand llevaron a cabo para colocar a la fotografía a la altura de la pintura y de la escultura minimalista en los principales museos y galerías del sistema global del arte. Sin dudas, los backlightsde Inchausti pueden ser leídos en esta clave. Sin embargo, hay algo que diferencia su práctica de la fría cerebralidad de sus contrapartes del Norte y es el modo en el que la memoria de su propia vida en Rio de Janeiro es visualmente desintegrada en partículas para ser materialmente atomizada por soportes metálicos de luz cuya produccion no fue tercerizada sino que fue concebida como una parte fundamental del proceso artístico. Así, lo granulada de sus imágenes marea la linealidad del presente para hacer estallar por el aire (atomizar?) el nihilismo modernista transformandolo en algo más productivo, personal y esperanzador. En la madurez de su vida, Inchausti fabrica objetos que en el proceso de su manufactura constituyen una experiencia pasada que sólo puede ser concebida como una llave hacia futuros posibles.
Rodrigo Cañete
O MAR, la obra de Horacio Inchausti en clave estenopeicas
Por Maria Pichot, 8 de setiembre 2019 en LEEDOR.COM
Para Horacio Inchausti la contemplación del mar de Copacabana es un ritual de cada mañana cuando vive en Rio.
Su mirada de artista se apoya y descansa sobre las líneas horizontales que forman el mar, la playa y el cielo y se sostiene en el tiempo contemplando “O MAR” en su constante ir y venir, reflejado y modificado por la luz del sol que le da color y forma a su movimiento.
La contemplación es un estado que solo se da en el tiempo, y la posibilidad de representarla visualmente es el reto que asume Horacio Inchausti y un desafío a la instantaneidad en la fotografía habitual. Más aún si se trata de dar cuenta de una imagen del mar en perpetuo movimiento.
Sin embargo, este reto no ha sido un impedimento para el artista, ha sido una oportunidad. En estas obras fotográficas, Inchausti emplea la técnica estenopeica y destaca la cuestión del tiempo en la contemplación, al sobre- prolongar la exposición sobre un objeto, en este caso, tan cambiante como lo es el mar.
Produce así una “ruptura de la indexicalidad, como consecuencia de la relajación entre la fotografía en sí y el mundo real que la origina sin llegar a la disolución total del index ya que se sigue reconociendo el objeto mar” nos dice el artista, quien ha investi-gado el empleo del color y la fisicalidad del material elegido para la creación de su obra.
Es así que estas imágenes se exhiben en cajas de luz o backlights, objetos corpóreos, materiales que ocupan tridimensionalmente el espacio. Los backlights son cajas volumétricas que guardan luz eléctrica en su interior, dando soporte al desarrollo que se aprecia en la imagen y cerrando así el ciclo evolutivo de la obra.
La materialidad de las cajas de luz, otorga estabilidad a las imágenes que encuadra y dialoga eficazmente con ellas, las que, despojadas de referentes humanos o urbanos, se han vuelto líquidas plasmando la metáfora de la liquidez en el sentido que Zygmunt Bauman da a este concepto.
Inchausti ha fabricado manual y artesanalmente cada una de los backlights dando cuenta de su trayectoria como escultor e integrando diversos abordajes en la elaboración y cristalización de su obra. Así como Walter Gropius definiera la tarea del artista en tiempos de la Bauhaus:
“Arquitectos, escultores, pintores, … debemos regresar al trabajo manual … establezcamos, por lo tanto, una nueva cofradía de artesanos, libres de esa arrogancia que divide a las clases sociales y que busca erigir una barrera infranqueable entre los artesanos y los artistas.”
Así asume Horacio Inchausti la tarea del arte en la realización de su obra.
Las fotografías estenopeicas del mar, expuestas en cajas de luz conforman un total de 20 obras que hasta el 27 de septiembre se exponen en la Galería Azur en Recoleta. Arroyo 981 Lu-Vier. 12 a 19 hs.