La luz hace surgir las cosas de la oscuridad, aquellas que ya existían, y las trae más acá de la idea o del pensamiento.

La luz nos muestra la experiencia, la visión, la imagen.

Y estos artistas aquí han pintado con la luz, desde la inteligencia y con un lenguaje propio, más allá de lo sensual o de lo complaciente. Hay reminiscencias de fuego y sol. Y todos van más allá de su objeto. Aquí hay materia y hay espíritu. Son luces y sombras del mundo, de lo visible y de lo invisible hecho sensible, de la imago y de lo soñado.

Todo esto son trazos y huellas de sus memorias que van transcurriendo en un aquí y ahora. Son reflejos sobre el agua, grafismos de un ultrasonido, ondas cromáticas y música animada, escenas montadas recortes del documento, cajas contenedoras de puntos y líneas con ritmo. A veces el hombre es el eje, el cielo, el mar o lo verde. Secuencias de vida que conlleva la muerte. Es la gramática de un hombre que piensa.

M. S. Sayús, Junio 2018